La isla olvidada

por Eduardo Ferreres Castell.


   En este antiguo Reino de Valencia, adelantado de las españas, desde las profundidades de nuestra humilde participación en la grandeza de España, disfrutamos con resignación ese deber cumplido con la historia.

   De profunda tristeza, cuando observamos en este trajín mundano esas encuestas callejeras que nos sonrojan cuando de nuestros ancestros no se sabe nada.

   - ¿A oído vd. hablar de la Orden de Montesa?. Se pregunta en el centro mismo del "Cap i Casal" valenciano..., pues, en este momento, no caigo, de los Templarios si, de Montesa, no sé ni por dónde está.

   - ¿Y del Maestrazgo?. Bueno, de eso sí, por allá por Morella y Teruel..., creo.

   Y cuando uno escucha el intelecto valenciano, un escalofrío se apodera de tu cuerpo, tristeza no falta, rabia incontrolable, claro, todos queremos un mundo normal pero, eso, hace tiempo que no existe.

   - ¿Cómo están tus padres?..., ¿mis padres?, joder..., ¿y yo que sé?.

   Menos mal que existe la perseverancia, gracias a Dios y seguiremos informando sobre esa pequeña isla que desde Vinaros a Onda y como si fuera un volcán de la Polinesia, ojo avizor el Peñagolosa, mantenemos con cariño y orgullo este Maestrazgo que tantas grandezas dio al Reino de Valencia, y...,ofrendó, nuevas glorias a España.

   Deberé dedicar un humilde capítulo a los Grandes Maestres del Real Maestrazgo de la Orden de Santa Maria de Montesa y de San Jorge de Alfama.

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